Reflexiones de la Srta. Evenstar: MALDITOS SUEÑOS
¿Quién no se ha despertado alguna vez desconcertado por lo que acaba de soñar? Los sueños... esos dichosos sueños. Algunos tan maravillosos que deseamos que no se desvanezcan de nuestra mente a lo largo del día, pero que, en la mayoría de ocasiones, perdemos. Sueños que nos hacen vivir experiencias exquisitas que nos gustaría que ocurriesen en la realidad.
La verdad es que está reflexión no va dirigida a esos sueños. Quiero centrarme en los sueños agridulces, en los que aparentemente te lo pasas genial cuando los sueñas y sin embargo hacen que te invada una sensación de culpabilidad al despertar. ¿Por qué nos sentimos mal?
Seguramente, en la mayoría de los casos, esto es porque nos produce desconcierto el que hayamos disfrutado en semejante situación. Entonces entramos en conflicto con nosotros mismos e incluso nos avergüenza reconocer lo que soñamos, aunque por supuesto lo soñado no tiene nada que ver con nuestra voluntad.
A modo de ejemplo: un chico, que es feliz con su novia y con la que disfruta muchísimo en todos los sentidos, sueña que folla con otro chico y se ve a él mismo disfrutando mientras duerme. Aunque ser homosexual no es para nada malo, él se siente fatal por haber disfrutado, ya que nunca le han atraído los hombres. Entonces vienen las preguntas: ¿Por qué sueña con eso? ¿Quizás le gustaría si se le presentase el caso? ¿Está obligado a probarlo algún día? ¿Tendría problemas con su pareja si le confiesa lo que ha soñado y decide que lo quiere probar? ¿Hay una parte de su alma a la que le gustan los chicos?... Y así una larga lista de preguntas sin respuestas aparentes.
Me atrevo a decir que todos hemos soñado situaciones comprometidas de todo tipo y no hemos sabido afrontar ninguna de las preguntas que nos hacemos. Por eso, os animaría a buscar respuestas a las preguntas que os hagáis. Nunca es tarde para probar cosas que nos inquietan, siempre y cuando no ocasionemos un conflicto mayor a las ganas de experimentar.
Amantes, quiero que crezcáis y descubráis. Que exploréis los límites de vuestro ser y que os lo paséis de la mejor forma posible. La complicidad y el disfrutar con las personas que son importantes para nosotros son clave para ser felices.
Seguramente, en la mayoría de los casos, esto es porque nos produce desconcierto el que hayamos disfrutado en semejante situación. Entonces entramos en conflicto con nosotros mismos e incluso nos avergüenza reconocer lo que soñamos, aunque por supuesto lo soñado no tiene nada que ver con nuestra voluntad.
A modo de ejemplo: un chico, que es feliz con su novia y con la que disfruta muchísimo en todos los sentidos, sueña que folla con otro chico y se ve a él mismo disfrutando mientras duerme. Aunque ser homosexual no es para nada malo, él se siente fatal por haber disfrutado, ya que nunca le han atraído los hombres. Entonces vienen las preguntas: ¿Por qué sueña con eso? ¿Quizás le gustaría si se le presentase el caso? ¿Está obligado a probarlo algún día? ¿Tendría problemas con su pareja si le confiesa lo que ha soñado y decide que lo quiere probar? ¿Hay una parte de su alma a la que le gustan los chicos?... Y así una larga lista de preguntas sin respuestas aparentes.
Me atrevo a decir que todos hemos soñado situaciones comprometidas de todo tipo y no hemos sabido afrontar ninguna de las preguntas que nos hacemos. Por eso, os animaría a buscar respuestas a las preguntas que os hagáis. Nunca es tarde para probar cosas que nos inquietan, siempre y cuando no ocasionemos un conflicto mayor a las ganas de experimentar.
Amantes, quiero que crezcáis y descubráis. Que exploréis los límites de vuestro ser y que os lo paséis de la mejor forma posible. La complicidad y el disfrutar con las personas que son importantes para nosotros son clave para ser felices.
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