Reflexiones de la Srta. Evenstar: Amigos, conocidos y auténticos desastres


Queridos amantes,

Sé que esperáis ansiosos otro relato pero tengo la necesidad de dirigiros estas palabras. Aunque en Galería69 hablamos sobre todo de relaciones amorosas y sexuales, esta vez me gustaría dedicar un post a ese mundo tan dispar y sorpredente: la amistad.

Sabemos que la amistad es uno de los pilares más importantes e influyentes en nuestra felicidad. Al fin y al cabo, sentirse querido y respaldado por alquien a quien consideramos amigo es una de las sensaciones más placenteras del mundo. Por eso, no es nada nuevo que os diga que debemos prestar especial atención en elegir aquellas personas que podremos llamar amigo de verdad y tener cuidado con los espejismos raros que empiezan con actitud súper implicada y luego te pegan la puñalada.

No es algo que os descubra yo, evidentemente, sobre todo porque ya habréis vivido situaciones de desengaño amistoso. Ser iluso es uno de los factores que luego nos marcan más. Te crees que alguien está contigo, que tienes las espaldas cubiertas, pero, a la primera de cambio, te das cuenta de que no. Entonces en ese momento te sientes el ser más imbécil del mundo y ser imbécil no mola nada...

Otra especie a considerar tras el 'amigo cabrón' es el 'amigo egoísta', cuyo objetivo es su propio bienestar y le da igual actuar como apisonadora con tal de conseguirlo. Son especialistas en sacar fallos y errores ajenos pero inexpertos en identificar y reconocer los suyos. Amantes, no os engañéis. Eso no es un amigo, por mucho que os reprochen que lo son y os digan cuánto os quieren.

Diferenciar a un amigo de verdad en un mundo lleno de espejismos es una aventura a la que dedicarle 20 temporadas de serie. Somos un ser social y nos relacionamos, mejor dicho, necesitamos relacionarnos.
La especie que quizás menos nos pueda hacer daño son los amigos para las cervecitas y el cachondeo, o como yo los llamo 'amigos jiji-jajá'. Pueden ser los más difíciles de diferenciar. Te diviertes con ellos, pero sientes que cometerías un gran error si les confiaras alguna confesión. Te la pueden liar muy parda si se van de la lengua...

Al final, en una sociedad llena de tribus, de prejuicios y atropellos, dejarse llevar con cabeza es lo mejor. Dejemos fluir las relaciones, juguemos y disfrutemos al máximo con aquellos que nos demuestran que merecen la pena, que consigan de alguna manera fusionar la búsqueda de su felicidad y de la nuestra.

Os aseguro que para esos amigos el contentarnos no les resultará ningún esfuerzo porque, al igual que nosotros, él sabe que va a ser correspondido. A veces, los problemas no son evitables y el desengaño amistoso aparece. Sólo os pido que seáis fuertes pero no ciegos, y que sepáis valorar aquello por lo que merece la pena luchar y aquello por lo que no.
Os ama siempre,

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