5º Rol 2ª Parte: Una sesión particular...


"Son las seis menos cuarto y entro en el recinto del castillo. Ha pasado un año desde que mi vida dio un vuelco por completo. He remontado en muchos aspectos gracias a ella y la dependencia que tenía de ella se ha hecho más fuerte.
Aparco el coche y entro en el castillo. Antes dirijo la mirada hacia su cuarto, como siempre. 

Me encuentro ya delante de su puerta y la abro. Y allí está, estática como siempre, contemplándome, excepto con una ligera diferencia, no lleva ni corsé, ni medias, ni botas, ni nada... está totalmente desnuda.

Sin articular palabra se dirige a mi bolsa, coge el collar de cuero rojo y me lo coloca. Yo mantengo agachada la cabeza. Me la sube y me besa en la frente. Entonces me coge la mano y tira de mí.

 Estamos tumbadas en la cama. Yo tengo el brazo derecho por detrás de su cuello, acariciándole el pelo. Ella me mira fijamente y se incorpora para llegar con sus labios a los míos. Nos empezamos a besar. La ternura que emanan los besos es indescriptible. Abro los ojos y la miro mientras me besa. Su lengua está jugando dentro de mi boca y su mano acaricia mi mejilla.

- Te quiero - me dice a la misma vez que continúa el recital de besos.

Quedo perpleja, todo esto está siendo hoy distinto. Paro un instante y la miro extrañada. Ella me sonríe y, sin parar de besarnos, se pone del todo encima de mí, de manera que quedo atrapada por su cuerpo y con la espalda apoyada totalmente sobre la cama. 

Aprovecho esta situación y bajo mi mano por su costado hasta alcanzar su trasero. Hago lo mismo con mi otra mano y lo acaricio suavemente. Entonces la tomo por los hombros y rodamos de manera que quedo ahora encima de ella. Me vuelve a sonreír. 

Entonces paramos de besarnos y se dispone a quitarme la chaqueta con sutileza para dejar al descubierto mis senos. Comienza a acariciarme desde el ombligo, pasando entre mis pechos para concluir en el cuello. Leo las intenciones de sus gestos y sí, definitivamente me quita el collar ancho de cuero rojo. 

Esto es inédito. Ahora estamos las dos al mismo nivel. Ya no se trata de ama y sumisa, se trata de dos mujeres, únicamente.

Tira el collar fuera de la cama y se incorpora, quedando sentada, hacia mi pecho. Entonces me mira a los ojos y empieza a besar mis pezones. Yo levanto la cabeza mirando al infinito y me dejo hacer. Mientras continúa besándome y lamiéndome el torso, sus manos me acarician el resto del cuerpo. Le aparto un mechón de pelo que se le había venido a su cara y le levanto suavemente la cara por la barbilla y le beso los labios. Entonces la llevo de nuevo contra la cama sin parar de besarnos.

De repente noto que empieza a tocarme. Mueve sus dedos haciendo círculos en torno a mi clítoris. Y me da un espasmo de placer. Continúa mientras que con su otra mano me coge la cara y me tumba de nuevo contra la cama. Lleva sus dos manos a mi tanga y me desprende de él con ansia.

Tras caer el tanga junto al collar, me abre las dos piernas y baja lentamente hacia mi vientre. Comienza a lamerme todo. Suelto un gemido que sirve de incentivo para que los movimientos con su lengua se hagan más intensos. A la misma vez, le revuelvo el pelo y la aprisiono con la mano contra mi sexo.

Sigue chupándome. Siento escalofríos que me recorren el cuerpo hasta la punta de los pies. Ahora juega con mi sexo como antes lo hacía con mi boca. Lo acaricia por fuera y lo penetra con su lengua. Y así una y otra vez. Sube sus manos en busca de las mías y me aprieta fuerte. Mi respiración está cada vez más acelerada y me cuesta mantener los gemidos. Hace que nuestras miradas se encuentren sin parar de realizar su tarea. Nos miramos y me dejo llevar.

Se incorpora y, sin dejarme tiempo para reponerme, sube de nuevo y nos empezamos a abrazar apasionadamente mientras que nuestros cuerpos se rozan por todas partes. Después de otro instante de dulzura y sensualidad, se pone justo a mi lado, tumbada, y me indica que me siente entre su pecho y su barbilla, de manera que mi pubis queda justo a la altura de su boca. Empieza a comerme de nuevo mientras acaricia mis nalgas. Yo me inclino hacia atrás con la intención de disfrutar más aún del masaje.

Entonces me aparto y empiezo a besarla en los labios. Noto el sabor de mis fluidos en su boca. Estoy muy mojada. Entonces bajo mi mano hasta su vientre y compruebo que ella también lo está. Empiezo a masajearle sin parar de besarla y hacemos coincidir nuestros pezones. Ambos están duros. Subo la intensidad en mi mano y empiezo a introducir los dedos. La penetro con ellos cada vez más fuerte y comienza a gemir sin parar. Respira casi al compás de mis penetraciones y me araña la espalda con sus uñas. La llevo al éxtasis.

Nos relajamos por un momento, las dos desplomadas en la cama mientras que nos miramos. Entonces se levanta y me indica que pasemos al cuarto de la mesa y la cama redonda. Me coloca encima de la mesa y me pone un antifaz.

- Tengo una sorpresa, ahora vuelvo - y me baja el antifaz.

No veo nada y estoy ansiosa por saber lo que me depara esta vez. Hoy está siendo todo muy especial. Estoy más llena que en ninguna de nuestras sesiones anteriores y al parecer esto aún no ha acabado. 

Vuelve al cabo de unos minutos y me da un pequeño beso en el pezón. Luego noto que se pone por el otro lado de la mesa.

- Quítate el antifaz - hago lo que me dice. 

Entonces la contemplo y veo que se ha colocado un arnés ceñido a las caderas con un consolador en forma de pene justo delante. Me sonríe y yo ahogo la respiración. Me empieza a penetrar muy despacio y noto como las paredes de mi sexo comienzan a abrazar el pene de látex. Me está follando. Me parece increíble experimentar esto de nuevo, y en manos de una mujer. Mi gozo no encuentra límites.

- Ponte a cuatro patas - me indica. No he articulado palabra desde que empezó nuestra sesión pero tampoco ha sido necesaria. Lo que estamos haciendo habla por sí solo.

Me doy la vuelta sobre la mesa y apoyo las rodillas y las manos contra ella. Mi señora me agarra de las caderas e introduce su prolongación dentro de mi ser. Esta vez me penetra más profundo y con más intensidad. No respondo de mí. Sigue y sigue, sin parar. Me siento totalmente bloqueada por cómo me folla. Parece que hubiera tenido pene toda la vida. Entonces empiezo a gritar de placer y tengo un orgasmo.

Ella, al darse cuenta, para y se desprende del arnés. Luego viene a mí y me acaricia delicadamente. Aquí me doy cuenta de que hoy no me voy a ir a casa como en las otras sesiones. Sólo quiero estar con la persona que ha demostrado que me quiere tanto como yo a ella..."

Comentarios

  1. Me encanta, es super excitante. Besitos para la Srta. Evenstar

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  2. Das en el clavo siempre,exterioriando por escrito todas esas sensaciones.Las cuales estimulas con una sola frase. Haces dudar hasta la mas hetereo. Besos encanto.La Loba de la comunidad.

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  3. Gracias amante!! Sin duda me complace saber que alcanzo mis objetivos al escribir relatos como este. Besos a ti.

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