Reflexiones de la Srta. Evenstar: EL ORGASMO

Queridos amantes. 

En nuestro blog describimos con gran agudeza los detalles del acto sexual. Los protagonistas se han dejado llevar o corrido, así es como lo solemos llamar, pero, ¿cómo describiríamos el orgasmo en sí?

Muchas son las definiciones de orgasmo o clímax que podemos encontrar. En su mayoría, esas definiciones son fisiológicas, pero aquí somos más de deseo y sexo, por lo que pasaré a contaros mi versión del orgasmo.

El orgasmo es el culmen del deseo, el final de la aventura. Es la X marcada en el mapa de los besos. Muy pocas reacciones del cuerpo consiguen acumular tantas emociones y sensaciones. Es algo que se comparte, algo que se libera. Buscamos nuestro propio orgasmo y el orgasmo del otro. Hace que tomemos conciencia de cada lugar de nuestro cuerpo y a la vez nos deja exhaustos. 

Nos encontramos en medio del acto sexual, aferrados a nuestras ganas de disfrutar de cada segundo con nuestro compañero. Las sacudidas vienen y van con la constancia justa para dejarnos respirar. Entonces empiezas a casi no poder hablar. El jadeo se hace cada vez más presente, lo que provoca que entonemos algún que otro gemido.

Nos abrazamos con más fuerza al otro. Intercambiamos besos y caricias mientras sentimos un calor cada vez más intenso en nuestro vientre. En ese momento, somos capaces de vernos los más sexys del mundo porque, al igual que te hacen disfrutar, eres capaz de hacer disfrutar.

El corazón cada vez está más acelerado y notamos sus latidos en otras partes del cuerpo. La intensidad crece y cada vez nos vemos más vulnerables de nuestro propio deseo. 

Entonces llegamos al éxtasis y el calor y los impulsos en el vientre se hacen más presentes que nunca. Hemos llegado al final y es el momento de disfrutarlo. Nuestro cuerpo se va relajando más y más y el sentimiento de satisfacción nos inunda. Después de tanta intensidad nos sentimos liberados. Todo ha acabado y es el momento de pensar en cómo y cuándo tendremos el siguiente orgasmo.

Para mí, el orgasmo es el momento en el que el deseo se hace locura.


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