6º Rol: Arreglada y engrasada...

"Voy montada en la cabina de una grúa. Mi coche se ha quedado sin batería y necesita una de repuesto. Temo tener que esperar a mañana para solucionar este problema porque ya es muy tarde, pocos talleres quedan ya abiertos. Suerte que el señor gruista sabe de uno que todavía no ha concluido su jornada de hoy.

Bajo del vehículo y me dirijo a la puerta del taller, ya encajada, mientras que mi coche es bajado de la grúa.

- ¡Estamos cerrando! - se oye una voz masculina.

- Disculpe. Necesito que me cambien la batería pero si ya cerráis, vuelvo mañana - respondo con timidez.

Sale un hombre bastante atractivo, con una camiseta de tirantas blancas y un mono azul recogido a la cintura, y limpiándose de grasa las manos con un trapo.

- Buenas noches señorita... - hace una pausa. - ¿Podemos hacer una excepción? - grita girando la cara al otro mecánico en el interior del taller.

Entonces éste, un tanto más rubio pero con el mismo atuendo, sale y sonríe.

- Estaremos encantados de atenderle, señorita. Entre y siéntese mientras que nos ocupamos de su coche.

La grúa se ha ido y mi coche ya está en el interior del taller. Espero que estos señores no tarden tanto, quiero irme a casa cuanto antes. Permanezco sentada unos minutos, pero un Mustang del 66 me llama la atención. Me dirijo al coche y paso mi mano por su capó, fascinada.

- ¡No suelen verse esos coches por aquí, eeh! - me dice el moreno y me quedo cortada. - Entra en el coche y disfruta de su interior.

Con una percatada lentitud, me meto en el coche. Estoy tan concentrada en fijarme en todos los detalles del coche, que no me doy cuenta de que el moreno se mete en el asiento del copiloto mientras que el rubio me indica que baje la ventanilla. En qué lío me he metido...

- Perdone, ¿tiene usted prisa? Necesitamos un rato más para acabar - me comenta con una sonrisa en la cara en todo momento.

Es entonces cuando ya lo entiendo todo... Estoy rodeada por dos tíos, sudados y con las manos llenas de grasa. Dos tíos riquísimos, con los que una sueña mientras se está tocando. Les miro fijamente a ambos. A uno, a otro. A uno, a otro. Y decido dejarme llevar...

De repente, el de mi derecha, el moreno, comienza a manosearme las tetas, mientras que el otro se va desabrochando el mono y saca un miembro erecto. Dirijo mi boca al pene del rubio y comienzo a chupar a la vez que el moreno sigue manoseándome, esta vez por la zona del vientre. 

Abren la puerta del Mustang y me hacen salir. Me coge uno de los dos en brazos y me ponen encima de una mesa metálica, justo en medio del taller. Cierran la puerta, que anteriormente estaba encajada, y vuelven a por mí.

- Nena - me dice el moreno - Túmbate y relájate. Vamos a darte lo tuyo.

Un escalofrío de morbo me invade el cuerpo. Me tiendo en la mesa y me empiezan a quitar la ropa. Suerte que siempre llevo ropa interior sexy y estoy totalmente depilada. Nunca se sabe cuándo puede presentarse una ocasión como esta. Sin haberme casi ni percatado, ya estoy en bragas. Entonces el rubio me abre las piernas mientras que el moreno me empieza a follar la boca con su pene, con gran intensidad.

Nunca me hubiera imaginado que lo haría con dos hombres a la vez, siento que no tengo escapatoria. Pueden hacer lo que quieran conmigo. Sigo comiéndome el miembro de uno de los mecánicos mientras noto un líquido frío que se extiende por mis pechos, ¿aceite de motor?... 

No me extraña, estoy rodeada de coches, herramientas y me van a follar dos tíos súper cachondos. No puede ser más excitante. Con la mano, extienden el aceite por mis pechos y juegan con mis pezones. Bromean sobre que es difícil agarrarlos, ya que están bastante resbaladizos.

Me indican que me incorpore y me pongo a cuatro patas. Entonces al que se lo comí todo antes, se dirige a mi trasero y me da un cachete. Aaauuh... Esto me pone más caliente. Me quita las bragas y quedo completamente en pelotas.

- ¿Preparada nena? - me dice e introduce su pollón dentro de mí - Tío, asegúrate de que no pueda gritar. 

Y el otro me toma del pelo y, con cierta brusquedad, me penetra la boca. Estoy totalmente controlada por ambos lados. Me embisten con intensidad ambos lados y esto hace que cada vez gima con más fuerza. Gemidos que quedan ahogados gracias a que tengo la boca ocupada.

- Te toca - le dice el moreno al otro. 

Ambos dejan de hacer lo que estaban haciendo y me quedo paralizada, deseando tenerlos de nuevo dentro de mí. Entonces el rubio se sienta en la mesa, en el medio, y me indica que me suba encima suya. Entonces, me siento encima de su pene inquietante, dándole la espalda, y me empieza a follar. Estoy dando botes sobre él sin control alguno cuando el moreno se pone de pie en la mesa y lleva mi cabeza hacia su miembro. Una vez más me siento dominada por los dos. Sin duda, que me haya quedado sin batería es lo mejor que me podría haber pasado hoy. El placer está llegando a ser indescriptible. Y todavía queda lo mejor...

Mis pechos no paran de botar, y esto pone más cachondos a mis mecánicos. Entonces deciden cambiar de postura. Ahora, el que estaba sentado se termina de tumbar y me inclina hacia él. Sorprendentemente, esto lo ha hecho sin sacármela. De repente, el otro me empieza a introducir su pene por el culo. Suerte que ya lo he hecho otras veces por atrás, así que no me supone ningún problema. Es más, me encanta. Siento los dos miembros en mi interior, algo que me hace sentir más llena que de costumbre, y noto como se tocan el uno con el otro a través de mis paredes vaginales.

Me penetran durante un largo e intenso tiempo, mientras que van alternando gemidos masculinos que declaran que no les falta mucho para correrse. Estoy disfrutando como nunca, llena de aceite de motor y grasa, y con estos dos tíos petándome todo. Me siento bastante deseada la verdad, y eso me gusta. Entonces, llego al placer máximo y me dejo llevar. Quedo rendida ante ellos dos. Salen de mi interior y bajan de la mesa. Me bajan a mi también y me ponen de rodillas en el suelo. Presiento lo que va a pasar...

Se masturban con la mano muy cerca de mi cara. Los miro con cara de pillina y esto los excita más. Cierro los ojos y se corren encima de mí a la vez. Noto el semen que cae desde mi cara hasta mis pechos, estoy extasiada. No puedo creer lo que acabo de hacer.

Voy al baño a limpiarme y a vestirme. Cuando salgo, me están esperando con las llaves de mi coche.

- Esperemos que vuelvas pronto a visitarnos. Tu coche está listo.

Sonrío, me meto en el coche y salgo del taller. Está claro que volveré la próxima vez..."

Srta. Evenstar