De amigos a follamigos a los 16.



“I'm beautiful in my way. Cause God makes no mistakes. I'm on the right track, baby. I was born this way.” Suena el despertador con mi canción favorita, Born this Way, de Lady Gaga. Sin ganas, y tras un bostezo, lo apago y enciendo la luz. Mi cara es un poema. Los ojos no me responden, se cierran sin permiso...que maleducados. -Me digo a mi mismo, como si de un retrasado mental me tratase. Pongo los ojos en blanco y decido, serio, ir al baño. 
Todas las mañanas hago lo mismo. Me levanto, voy al baño, hago pis, me lavo la cara y me llevo una hora para elegir atuendo. ¿Desayunar? Uff, nunca me entra nada. El estómago no responde a mis deseos de tomarme un Colacao, “Colacado” dirían los catetos que se sienten finos, y dos tostaditas con Tulipán. Hoy me siento chistoso y graciosillo. Tras hacer lucha libre con la comida e intentar comérmela, me dirijo a mi habitación para hacer la maleta y seguidamente lavarme los dientes. Termino y me peino… ¡Mierda! Son las 8:20 y aún no he salido de casa. Si, el instituto empieza a las 8:30, pero vivo cerca. 

Está lloviendo, por lo que llego a clase y con los pantalones vaqueros empapados en agua de lluvia. Doy gracias al ver que el profesor de Matemáticas aún no ha llegado y me siento en mi sitio. Las mesas de la clase están organizadas en filas de tres, y por parejas de dos. Yo estoy con José en la última fila.

El día no deja de ser más aburrido que los demás, menos mal que José ha estado ahí para hacerme reír y darme conversación en clase de Historia. La profesora nos ha mandado un trabajo sobre Napoleón. Para elaborarlo hay que hacer grupos de 2 ó 3 personas. Al terminar todas las clases, José, me pregunta que si quiero hacer el trabajo con él.

-Vale. -Le digo sonriendo.

-¿Quedamos hoy a las 17:00, en tú casa? -Me pregunta.

-OK. Hasta luego.  -Le respondo.

-Adios.

Mientras salgo por la puerta y veo a una chica con un paraguas verde de lunares rosas, horroroso, me acuerdo de que no llevo el mío. Subo, corriendo, y lo cojo.

“PIIIIIIIIiiiiiii…” Un coche me pita. Frunzo el ceño, pero luego veo que es mi prima y levanto la mano izquierda a modo de saludo. Abro la puerta y me da el olor de macarrones con tomates…Mmm. Durante la comida le cuento a mi madre lo que haré esta tarde con José. Ella tiene que ir a trabajar al Taller de costura, asique estaremos solos. A mí, él, me gusta… o me pone, no sé. Termino de comer. Recojo toda la mesa y pongo el lavavajillas.

Miro el reloj de la bandera de UK de mi habitación. Quedan quince minutos para que José venga, por lo que me pongo a ponerlo todo en disposición. Llaman a la puerta.

Ha pasado una hora y media; y estamos hartos de Napoleón, Francia y todo lo que tenga que ver con estos. José a modo de broma pone una página WEB porno. Aparecen tías rubias, morenas, pelirrojas, chinas, rusas, mulatas… todo tipo de gustos. A mí esto no me gusta… yo quiero rabos. Pone un video llamado “Beautiful liar by Beyoncé & Shakira.”, ¿Perdón?, ¿Esa no es la canción de Shakira ft. Beyoncé? Curiosamente son rubias, tetonas y culonas. Me siento asexual. No me gusta para nada los chochos, son feos. Esto cambia al ver que José está empalmado. Madre mía… eso no es humano.
Comienza a frotársela. Me mira y me pilla mirándosela.

Las dos rubias, en el video, están con un mulato. El rabo de este si que no es humano... ¿Hola?, ¿Eso existe? Una de las rubias se la chupa, mientras la otra se sienta encima del mulato para que le coma el feo chocho. No paran de gritar. Luego el mulato pone a las dos en un sofá de estapando de cuadros a "cuatro patas". Mientras a una se la folla, a la otra le da azotes tan fuertes, que el culo esta colorado-morado. Paso del video.

Sonríe, y pone una mirada pícara. Tiene las pupilas dilatadas y sus ojos marrones me cautivan.  De pronto, y casi sin darme cuenta, se saca la punta del miembro por arriba de los pantalones del chándal. Se chupa el dedo y se masajea la punta suavemente…creía que ya no podía ponerme más este chico, pero si, puede. 

-¿Quieres probar? -Me dice descaradamente, mientras se da tirones en el rabo.

Me quedo petrificado y una sensación de hormigueo y nerviosismo me recorre todo el cuerpo. ¿Esto es en serio? Si, parece que sí. Muero de vergüenza, y él lo nota.

-Vamos. –Me dice.


Me coge la mano y me la apoya en su miembro. Yo no hago ni un movimiento. Empieza a moverme la mano y noto como su rabo crece, y crece. Son veinte centímetros de carne en forma de barra. Si pensarlo me empuja la cabeza y pongo mi boca sobre la barra de carne…Mmm, esto está bueno. Cojo la barra con la mano izquierda y con la otra masajeo sus testículos. Me desato y me pongo de rodillas delante de él. Le miro. Chupo y sigo mirando. Me pone tanto cuando pone cara de gusto, que sigo con mi lengua por su torso, sin dejar de pajearle. Le beso. Acabamos desnudos encima de la cama. José debajo, y yo encima.

Dejo de chupar a petición suya. Me coloca boca arriba e intenta dilatarme el ano con los dedos. Aunque es mi primera vez, ya he experimentado con mi cuerpo desde muy jovencito, por lo que disimulo muy bien y parece que se me da de puta madre. Me mira con cara de susto cuando le suplico que me la meta. Lo hace y gimo con brusquedad…esto no es igual que experimentar con uno mismo.


Me pone en el suelo levantándome el culo tanto, que también le sigue la espalda. Las piernas dan en el suelo y casi no puedo respirar. Es una postura que solo vi en videos porno de internet. Me penetra y vuelvo a gemir, aunque más suave por la dificultad de respiración. 


-Me corro. –Dice suspirando.

Sin darme tiempo a reaccionar, lo hace dentro de mí. Noto el líquido sobrante corriéndome por la espalda. Me suelta y gimo al sacármela. 

-Límpiamela. –Dice poniéndome el rabo en la cara.


Hago lo que dice, mientras me pajeo. Me corro y él me besa. Acabamos los dos desnudos y abrazándonos en la cama. Son las ocho de la tarde y mi madre está a punto de llegar, por lo que recogemos todo y nos limpiamos con rapidez.

                                                                                                                                                  Sr. Steve.

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