En Alta Mar. Cuarta parte: Kleopatra. Cleopatra.
Levanto la vista en busca de Kleopatra, pero los rayos de
sol no me dejan ver. Hago una mueca y pongo mi mano derecha en la frente para
evitar la ceguera. Voy con paso firme hacia el bote. Desato los nudos y evito
pensar en el peligro que podría correr mi esposa. La he dejado sola con un desconocido.
Me monto en el bote y observo una última vez mi barco.
Te quiero… -Pienso.
Llego al Kleopatra y estudio la forma de entrar, al ver que
la escalera se ha roto con la fuerza de las olas. De reojo veo una cuerda muy
ancha que baja por el lateral. Sigo su dirección para ver si está sujeta.
Sonrío, placentero, al ver que es una cuerda que viene de uno de los palos de
la vela. Compruebo con un fuerte tirón que no se romper y seguidamente me
dispongo a subir por ella. Me agarro a la barra de hierro y de un salto, caigo
en el suelo de madera cobriza del barco. Trago aire y me levanto con cuidado…está
como lo dejé antes. Observo el barco para analizarlo y ver por dónde ir primero.
Elijo ir por una escalera
de aluminio que lleva hasta un salón. Las paredes son rojas con unos estampados
antiguos. Hay cuadros de personas mayores y un reloj parado. En la pared de la
derecha hay dos hebillas redondas oxidadas de hierro, que me recuerdan a las
típicas hebillas que se usaban para atar a los caballos y asnos en los pueblos. De repente y
mientras frunzo en ceño, me pregunto para qué tendría eso una persona en un
barco. Con paso de tortuga me dirijo a una puerta de madera con el pomo bañado
en oro. Lo hago girar con duda y su chirrido hace que mis vellos se pongan
erectos como si de militares se tratasen.
Entro en la sala y hay una cama de matrimonio decorada con
estampados de animales y esposas del mismo estampado en el cabecero. Entro y
hay una televisión en frente de la cama. Me acerco y veo montones de DVDs
encima de un aparato reproductor plateado. El título de todas las películas son
nombres propios de chicas…Fátima, Yolanda, Jennifer, etc. Escojo uno y lo meto
en el aparato plateado [PLAY] y aparece el desconocido sin camiseta, sonriendo
y con el pelo alborotado. En el minuto veinte aparece una chica morena atada en
la cama, con el rímel corrido, lagrimas brillante en sus mejillas y un fular
rosa amarrado en su boca. Se me estremece el cuerpo y grito un ¡Oh no! al
pensar en mi bella mujer. Desaparece mi sollozo al ver que la morena sonreía y
ponía cara de placer, mientras el susodicho le pasaba la lengua pos sus pechos.
Luego coge una fusta y le pega en el vientre con todas sus fuerzas, y entonces, es cuando
decido apagar ese aparato del demonio. Me seco el sudor de la cara con mi
camiseta y sigo observando la sala.
Hay un armario de madera antigua en una esquina. Aunque
podría suponer su contenido, decido abrirlo. Sus puertas también chirrían. Abro
los ojos como tazas de té y empiezo a cotillear su interior. Aquello está lleno
de juguetes extraños y cosas de látex. Hay fustas, esposas, mordazas, caretas,
vestidos, etc. Y todas bordadas con el nombre de Kleopatra. Dejo las puertas
abiertas y salgo corriendo al oír un ruido extraño. Viene de otra sala, que
parece ser la cocina. Aunque está ordenada y limpia, puede verse cosas extrañas. Hay un plato, sin romper, en el suelo y la mesa está pegada al
frigorífico. Ello deja un gran espacio entre una puerta y otra que parece ser la
puerta de una cámara frigorífica.
Voy despacio a la puerta de metal y pongo la mano en el
pomo. Esta pringoso…
Miro mi mano y es…¡Sangre! Un escalofrío me recorre todo el
cuerpo. Me acerco al grifo y me limpio. Decido, de nuevo,
abrirla con un paño viejo y desgastado que había en el fregadero. Empujo la
puerta y enciendo una luz. Hace frío. Me encojo y entro. Hay montones de cosas
colgadas del techo y cubiertas de un plástico transparente. En cada uno pone con
rotulador negro una parte del cuerpo, piernas, ojos, cabeza, pelo… ¿? No
entiendo nada. En otro pone Cleopatra, pero este está tumbado en una mesa de
metal. Me armo de valor y decido abrir [PIERNAS]
Con las manos no puedo abrirlo, asique me ayudo del cuchillo
que estaba encima de la mesa. Cierro los ojos por el miedo y quito el plástico.
Abro los ojos y pego un respingo.
¡Ess…es…una MUJER! –Grito y pego un salgo haciendo que me
choque con los demás plásticos.
Está completamente desnuda y le faltan las piernas. Paralizado,
me quedo mirándola y analizo la situación.
A ver…las partes del cuerpo escritas en los plásticos son las partes que les faltan a los cuerpos de las chicas. Las chicas son aquellas de los DVDs. Pero
y el que pone Cleopatra, ¿Qué quiere decir? –Me digo nervioso.
Me levanto y me dirijo a la mesa metálica. No pienso en
abrirlo, pero hay hojas de una chica morena muy guapa con el pelo corto y
muchas joyas. Es egipcia. Es Cleopatra. En otro folio hay un croquis con las
partes fotocopiadas de la antigua reina de Egipto, lo que me hace imaginar la
situación. Este tío, que ahora mismo está con mi mujer, es un psicópata loco
por Cleopatra e intenta hacer real su sueño con partes de chicas muertas. De
repente tengo ganas de vomitar y hago una arcada. Salgo corriendo de ese sitio
y sigo hasta llegar al bote. Nervioso y con todas mis fuerzas voy hacia mi
barco. Por el camino me llegan imágenes de ese infierno…Kleopatra. Cleopatra.
Estoy confuso.
Llego a mi barco. Me agarro en la escalera y subo corriendo.
Busco a mi mujer, pero no la veo en el exterior. Me tropiezo con una cuerda y
me caigo sobre botellas de agua de cristal. Me intento quitar los cristales clavados en mi brazo derecho, mientras me arrastro por el suelo. Lloro descosoladamente.
Continuará...
claramente me he quedado de piedra con este giro que ha dado la historia. estoy ansiosa por saber que le pasara a la mujer. besos sr steve
ResponderEliminarGracias por seguir la historia y leer el Blog en general. Lo que intentamos es que paseis un buen rato con nuestras historias. Gracias y otro beso para ti <3
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