Saliendo de su armario.

Hoy, 24 de Febrero, estoy muy contento porque mi hermana viene de nuevo a vivir a casa. En realidad no debería de estarlo, ya que la crisis ha sido la culpable de ello. Yo vivo con mis padres aún, obviamente porque tengo 16 años y sigo estudiando en el Instituto. Mi hermana tiene 31 y su marido 30. Uy, ¿No había dicho que está casada? Pues si... desde hace 4 años y realmente feliz. Su marido, Miguel, trabajaba de Psicólogo en el hospital de la capital y mi hermana era su secretaria. El no poder pagar las facturas y demás fue la causa de perderlo todo.

 Son las ocho de la tarde y mientras veo Pasapalabra llaman al timbre. Me levanto de un brinco y me dirijo corriendo a la puerta. ¡Son ellos! Ella, estaba guapísima de rubia y él...bueno Miguel siempre está igual. Mi hermana siempre ha sido esa persona que me ha apoyado en todo, y quizás, yo debería de contarle mi pequeño secreto. ¡Anda! ¿Qué tampoco os he contado que soy gay? Pues si... me gusta más un pene que comer con los dedos. Me di cuenta de mi sexualidad con 7 años, cuando me resultaba raro que me gustara un chico de mi clase, cosa que no llevé muy bien.

Todos los días mi hermana sale de casa a las ocho de la mañana para buscar empleo. Por el contrario, Miguel, se queda en casa para escribir un libro sobre el conocimiento del cerebro humano...una chorrada vamos. Mis padres trabajan todo el día en la pequeña empresa familiar y yo llego a las dos y media de clase. Hoy en clase, nos cuentan que mañana y pasado habrá huelga de profesores y que, por lo pronto, no tendríamos que ir. Tras mi día redondo me dispuse a ir a casa. Allí solo estaba Miguel.

-¡Hola! Ya estoy en casa. ¿Qué hay de comer, Mamá?
-No está. Solo estoy yo, Miguel. Han llamado diciendo que van a tardar. Ahí tienes la comida, tortilla.
-¿Y mi hermana?
-Ayudándoles. Yo voy a ducharme, ¿OK?
-Vale...

De pronto sale de su habitación sin camiseta, y tras el camino hasta el baño, es decir, tres seguntos. Me doy cuenta de que estaba comiendo aire porque no pinchaba nada de tortilla...Que tonto soy. La verdad es que mi hermana tiene buen gusto. Madre mía como está el psicólogo. Termino de comer. voy al baño para limpiarme los dientes. Dios que bien huele el champú de higo y fresa de Miguel. No os engañéis...él no está en el baño. Miguel se fue de nuevo a la pequeña mesa del escritorio rosa de adolescencia mi hermana. 

Al día siguiente, y sin saber el porqué Miguel no está escribiendo, se sienta a mi lado para ver la tele. Empieza a contarme historias de su etapa de Universidad. Yo paso totalmente de su voz y empiezo a perderme en sus ojos verdes y su barba de tres días que tanto me pone. Me doy cuenta y continuo haciéndole caso. Sin llegar a comprender como acabamos hablando de sus rolletes, me pregunta si tengo novia... a lo que respondo que no, obviamente. Un hormigueo de pánico recorre mi cuerpo al verle la cara de saber el motivo de no tener novia.

De repente me fijo que está empalmado, ¿Será la típica erección mañanera? No sé pero tiene un paquetón. Comienzo a ponerme muy cachondo y no puedo dejar de mierarselo. ¡O no! ¿Me ha pillado mirándole?. Se la acaricia. Me mira. Le miro. Y yo no me puedo creer lo que está pasando. En ese momento no pienso en que es el marido de mi hermana, ¡Mi cuñado!. Me coje la mano y me la pone en su paquete. Comienza a menear mi mano...uff, que calentón. Se saca su miembro y quiere que lo coja con mi mano, a lo que yo le correspondo. Empuja mi cabeza hasta que presiona su pene con mis labios. Abro la boca, dejando que entre. Escucho un pequeño gemido suyo y eso me da más motivación para chuparsela con todas mis ganas. Presiona mi cabeza tanto que me cuesta respirar. De repente me desnuda con brusquedad, me pone las piernas en el pecho y me bloquea poniendo sus manos en ellas. Acaricia mi culo. Me lo azota. Mete sus dedos en él, a lo que yo gimo sin parar...esto no me lo hace los niñatos de mi edad. Frota su pene por mi ano y deja introducir solo la punta. Tras dilatar, la mete entera y comienza en darme flojito y suave. Me encantaba, aunque dolió un poco al principio. Al ratito me da más fuerte y yo gimo más fuerte. Me tapa la boca. Me coje en brazos sin sacarla.

-¿Te gusta? -Pregunta.
-Mucho, dame más. -Le dije encantado.

En brazos, me lleva por el pasillo. Me pone contra la pared y en sus brazos me folla sin control...Ummm, no paro de decir que me folle. Me lleva a su habitación, donde me pone en la postura del "perrito". Me agarra la cintura con una mano, me coje del pelo con la otra y me da con fuerza...jamás he sentido tanto placer en tan poco tiempo. Coje mi polla y comienza a pajearme mientras la suya me penetra. Estoy a punto de correrme. Mis gemidos cada vez son más continuos y placenteros. Me corro y seguidamente saca la suya. Me abre la boca y me la folla...Me ahoga pero eso le pone aún más. Gime mientras se corre dentro de mi boca, y este es el momento en el que mi hermana entra en mi mala conciencia.
                                                                                                                                   Sr. Steve.

Comentarios

  1. yo tambien quiero una verga asi

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  2. Buscalas querido guarrillo. En el mundo hay muchos penes dispuestos a saciarte.

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  3. joder tio qué pervertido!!! no le come la conciencia que sea el cuñado???

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  4. Solo es un relato...no exageres

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  5. Gay gay gay! I love it. Quiero mas historias gays nene.

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